17 Ene 2025, Vie

Por Tania Montesinos, alumna de 2ºESO.- Parte 1.

A veces, suceden cosas que no podemos explicar, ni siquiera a nosotros mismos.

Yo por ejemplo no soy capaz de explicarme por qué me gusta el horóscopo, cuando soy consciente de que es mentira, creo que es porque, es fantasía en la realidad, una esperanza de magia.

Otra cosa que no puedo explicar es la pasión tan intensa que tengo a la literatura fantasiosa, supongo que es dado a que leer fantasía, para mí, es leer una realidad que no pueden ver los ojos comunes y que las personas con unos ojos, y una mente diferente, plasman en un papel.

***

Lorelay no era como el resto de personas, o mejor dicho, el resto de personas, no eran como ella.

Notaba cierta diferencia con la gente que la rodeaba, por ejemplo, sus ojos eran de color violeta, mientras que en su clase eran marrones, verdes o azules.

En su casa, sus dos hermanas, sus dos hermanos y sus padres eran morenos de pelo con ojos marrones, piel bronceada, sin gafas, altos, con los labios rosados y sin pecas.

En cambio ella, tenía muchas pecas siempre, la piel blanca como la leche, los labios rojos como una manzana, era baja, muy delgada , tenía unas gafas redondas, marrones y grandes para cubrir sus enormes ojos y era pelirroja con pelo rizado incluido.

Pero no solo era diferente físicamente, su filosofía de la vida era algo…. inusual.

Ella pensaba, que los locos, tan solo veían el mundo diferente, y no sabían expresarse. También la encantaban las telenovelas turcas y en los recreos del colegio, no se relacionaba, en vez de eso decidía leer sus libros de investigación y romance.

De reojo siempre veía a sus profesores husmeando sobre su vida social, preocupados por su soledad, “Mejor sola que mal acompañada” se decía a si misma “Con esta sociedad de vergüenza que se ha formado, todos son iguales, visten de negro, dicen palabrotas, les gusta el fútbol, ropa de marca ¡ni que fuera barata! Y todo esto, ¿por qué? ¿por no encajar? ¿es que no se dan cuenta de que si no muestran como son, no van a poder encajar con alguien de verdad?” y aparte, donde vivía, (un pueblo marginado y pequeño de la sierra de Madrid) tampoco podía conocer mucha variedad de personas.

Pero los profesores no entendían que una niña de once años pensara así, por eso, no paraban de convocar tutorías con los padres de Lorelay.

-¡Qué hartura! Ya es la octava vez este mes qué convocan una tutoría, ¡ni que no tuvieran otras cosas que hacer que meterse en tu vida privada, Lorelay!- Exclamó enfadada María, la madre de Lorelay.

-Mira, tengo una idea, como para tu cumple todavía queda mucho, en dos días haremos una fiesta en casa e invitaremos a todo el colegio si hace falta, pero que esos trastornados nos dejen en paz- Se le ocurrió aquel día a Miguel, el padre de Lorelay contagiado por el enfado de su madre.

-¡Pero qué dices papá, sino tiene amigos! ¿Quién crees que va a venir?- Contestó Natalia, la hermana mayor.

-Bueno ya basta, ¡Déjala! – Exclamó en defensa el hermano menor, Gabriel.

-¡Eso! Ni siquiera la habéis preguntado su opinión del asunto.- Bramó Edurne, la hermana mediana.

-Mirad canijos, no se quién os creéis que sois, pero con siete y nueve años no tenéis ni voz, ni voto.- Contestó Natalia a la defensiva. Bueno, digamos que Natalia nunca ha sido muy fanática de los niños, por eso, se considera una persona poco afortunada al tener dos hermanos menores.

-Anda que tú, que te crees que tienes treinta años cuando solo tienes quince, ¡te falta la mitad para ser quien crees que eres!- Se defendió Gabriel.

-¡Eso! El único que puede presumir de edad es Mateo, que tiene diecisiete- Añadió Edurne antes de que Natalia pudiera contestar. Mateo era el hermano más mayor, se pasaba el día fuera de casa, robando sandías con su grupo de amigos.

-¡Enhorabuena! ¡Habéis aprendido a contar!- Dijo irónicamente Natalia. Hacía tiempo que Lorelay había llegado a la conclusión de que sin Gabriel y Edurne, se hubiera hundido en la miseria. Antes, era Mateo el que ponía a Natalia a raya, o se unía a ella y le tomaban el pelo a Lorelay. De todas formas, para bien o para mal, eso se terminó. A Gabriel se le olvidaban constantemente el color de sus ojos de lo desaparecido que estaba.

-¡Queréis dejar ya de discutir!- Exclamó María, harta.- Lorelay, tienen razón, ¿qué opinas?

-Pues yo creo que para lo que queda de curso, no merece la pena hacer ninguna fiesta, solo que me dejen de una vez en paz, ¡¿Por qué son todos así?! Metiéndose donde no les llaman.- Contestó harta del temita.- Queda un mes de curso, ¿sobreviviréis a las tutorías?

Miguel y María se miraron dudosos, después bajaron la cabeza y en un susurro avergonzado contestaron:

-No.

-¡Santa virgen de la papaya!- Exclamó encogiéndose de hombros Gabriel, cosa que sobresaltó a todos.

-¡Válgame dios!- Dijo a su vez Edurne. Dicho esto, ambos se dirigieron al jardín.

-Me empiezo a asustar, últimamente están todo el día así, diciendo cosas raras, muy raras.- Dijo Natalia.

-Mirar, tengo una idea para el problema- Empezó Lorelay- ¿Qué os parece si en la siguiente tutoría voy con vosotros?- Concluyó.

-¿Y se puede saber de qué va a servir eso?- Preguntó Miguel.

-Yo les pongo rectos- Repuso ella. Natalia puso una expresión de perplejidad, y acto seguido, cogió su teléfono y se sentó en el sofá. A su vez, Miguel y María parecieron encantados con la propuesta.

-¿Qué importará? Si ya termina, pronto se irá al instituto.- Pensó en alto María con una sonrisa risueña.

-Martes, 13 mayo, (semana que viene) a las cinco y media.- Dijo como un robot Miguel.

-¿Vale?- Contestó extrañada Lorelay.- Será mejor que me vaya, he quedado. Y si, mamá, no se me olvida la merienda- Añadió al ver que María hacía el amago de hablar.-Con Vicky y con Julia papá- Dijo al ver que su padre también lo intentaba.- ¿Algo más? ¿No? Bien, eso pensaba- Concluyó sin que a sus padres les diera tiempo a responder. Vicky y Julia no le caían del todo bien, pero como buenas pesadas, estaban todo el día preguntándola sobre historia y lengua, y si quedando una vez al mes, se libraba de algunas tutorías, ni tan mal.

El martes que viene, publicaremos la parte dos.

Imágenes generadas por IA.

By alumn@

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