Escrito por Lucía Almena/1º ESO
Iba caminando hacia mi instituto, leyendo el periódico. No era un periódico nuevo, lo había encontrado tirado por mi casa, era de abril de 1970. Estábamos en 1989. Había muchas noticias que me interesaban, por eso lo había cogido. Yo casi nunca leía nada. Llegué a una noticia, trataba de la muerte de una chica, Claudia Garza, de quince años. La habían encontrado muerta en su bañera, la habían disparado sin parar en el pecho, dejándolo irreconocible como una parte del cuerpo humano. De repente me choqué con una cabina de teléfono. «¡Ve más atenta!» me grito mi subconsciente «A ver si te vas a matar por estar leyendo». Entonces la vi, una carta pegada al otro lado del cristal. Estaba doblada. En la parte de delante ponía «LEÉLO, IGNORARLO PODRÍA SER LO ÚLTIMO QUE HACES». «¿Pero qué es esto?» pensé. La mire durante unos segundos hasta que decidí abrir la cabina y cogerla. Empecé a leer: «Sábado, abril, 1970. Iba caminando por la calle, sin ningún motivo, me apetecía dar un paseo. De repente recordé que tenía que avisar a mi hermano de que sus clases de piano se pasaban para hoy, pues al día siguiente su profesor tenía que ir al médico. No me daría tiempo a ir andando o corriendo hasta mi casa, así que decidí llamar por una cabina de teléfono que estaba a tan solo cinco metros de mi. Caminé hacia ella y abrí la puerta. Me dispuse a sacar dinero cuando de repente empezó a sonar el teléfono. Decidí cogerlo, pues, ¿qué daño me iba a hacer?
-¿Diga?-pregunté
-Por favor- era la voz de una mujer, sonaba atropellada, y me daba la sensación de que estaba llorando- necesito ayuda
-Si claro- dije nerviosa- ¿Quién eres?¿Dónde estás?
-Soy Paula Martínez-dijo-ayúdame por favor, llevo una hora corriendo, me persiguen y-y-y…- se quedó trabada
-Tranquila- intente tranquilizarla sin éxito-¿Dónde estás?
-Hay un hombre-me explicó-me va persiguiendo desde mi casa, tiene un arma-continuó-por favor
Se escuchó un sollozo al otro lado de la línea.
-Estoy en la calle de Caramuel, en Madrid
-Sí contesté-sé dónde es
-Ayúdame-susurró de repente-está aquí…
-¿Quieres que llame a la policía?
Silencio.
-Nadie va a llamar a nadie- me sobresaltó la voz de un hombre
Escuché como se caía el teléfono al otro lado de la línea.
-¿Enserió pensaste que podías escapar?- escuché que el señor le decía a Paula
-No por favor-decía ella- suéltame por favor-suplicaba-¡No!-gritó
De repente se escuchó el sonido de una metralleta disparar sin para mientras que la acompañaban los gritos desgarradores de la chica que hace un minuto había estado pidiéndome ayuda al otro lado del teléfono.
Cuando cesaron los gritos el teléfono se cortó, no sin antes darle tiempo al asesino a dedicarme unas palabras.
-Pronto-dijo-pronto tú y yo también jugaremos juntos-se rio-y cuando terminemos; irás a visitar a tu amiga Paula
Y se cortó. Se cortó dejándome claro que no debía de haber cogido ese teléfono.
Así que si eres inteligente, y te quedan ganas de vivir. Ni se te ocurra coger el teléfono en una cabina. No sabes lo que te podría esperar al otro lado de la línea.
Claudia Garza.»
No me lo podía creer, esto no podía ser una broma. Era la misma fecha, la misma chica, lo mismo todo.
Me guardé la carta en el bolsillo temblando. Me dispuse a salir de la cabina…
Entonces el teléfono sonó.
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